Historia de dos enamorados
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Cuenta la historia que una vez una joven leyendo una revista encontró un anuncio que decía: “Soy un chico de 21 años que busca gente para cartearse. Me gusta escuchar música e ir al cine. Si quieres escribirme envíame una carta a la dirección que se encuentra debajo de este texto”. La chica emocionada de poder cartearse con alguien de su misma edad y con gustos parecidos, decide escribirle.
Pasó la época en que los árboles se visten de marrón, rojo y amarillo y al final se desnudan para dejar ver su robusto cuerpo. Mientras, ellos seguían escribiéndose, aunque ya no como amigos, sino como enamorados. Se conocían a fondo y sabían que vivían cerca. Él le pide a ella que se vean una tarde. La joven le dice que no es posible. Se llevaría una decepción si la viera. Ella no sería como él esperaba. No era una chica que físicamente se pudiera poner como modelo de belleza. No era hermosa, ni tenía los ojos azules, ni era esbelta, ni nada por el estilo. Tampoco es que fuera horrible, pero bella no se sentía. Al muchacho le daba igual. Se había enamorado sin verla. La chica le adoraba, pero por miedo a no gustarle, decide dejar de escribirle más cartas. Ambos quedaron deprimidos por aquella pérdida. Habían perdido un amor verdadero.
Transcurrió el tiempo y aquel amor nunca ninguno de ellos lo olvidó, pero se desvaneció como humo que asciende y se pierde en la inmensidad del universo.
Tras 15 años los dos habían cambiado su forma de vida. La joven se había casado y tenía dos hijos. El muchacho no se había casado, pero tenía una hija de corta edad. Trabajaba en una oficina de gran importancia, de supervisor. Como la vida da tantas vueltas, la chica entró a trabajar en esta oficina, de secretaria. La sorpresa fue enorme cuando descubren que son aquellos dos jóvenes que se carteaban y terminaron enamorándose. Cada uno tenía su pareja, así que decidieron, de mutuo acuerdo, que aunque su amor no triunfara, su amistad estaría por encima de todo.
Hoy se cuenta que ya fallecieron y que están enterrados en el mismo cementerio y muy próximos el uno al otro.
(J. B. C., 2º E.S.O.)