11/25/2006

El castillo en el bosque


El bosque en el que acabé cayéndome por intentar bajarlo, estaba seco, sin una sola hoja en los árboles. El aire olía a miedo. Los aullidos de los lobos se oían en la lejanía. Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. El bosque sobrio y tenebroso empezaba a acabarse. Dado el lugar donde me encontraba, pensé que no saldría de ésta... Pero... Un gran castillo sucio y derruido a simple vista, aparecía entre los árboles. Un gran lago rodeaba el castillo como si fuera una fortaleza. También había un puente, que me dispuse a cruzar. El puente chirriaba a causa de las tablas de madera. Parecían estar podridas y desgastadas, como si hubieran resistido mucho peso.
Al entrar en el castillo un fuerte olor a rancio penetró en mi nariz. El castillo por fuera parecía a punto de desplomarse. Por dentro era mucho peor, ventanas rotas, telarañas, polvo y olor a muerto.
En la entrada había una escalera enorme y al final un cuadro muy extraño en el que aparecía un hombre. Parecía ser el señor de la casa, pero tenía un atuendo muy raro. El cuadro estaba tan viejo que era casi imposible ver el rostro del retratado. Había un gran número de cosas antiguas, jarrones hechos a mano, lámparas de araña, estanterías llenas de libros, y muchos, muchos muebles.
Pero... lo que no había... era ni un solo espejo.

(JM. G.M., 2º E.S.O.)