6/03/2008

Recuerdos inquietantes


El día 3 de junio de este año ha salido publicado el último libro de una escritora joven, pero muy prometedora que, según la crítica, podría ser uno de los títulos más vendidos en nuestro país. Su aparición coincide con la Feria del Libro de Madrid, donde nuestra autora firmará el próximo domingo día 8. ¡ENHORABUENA!

5/31/2008

EL ROBO DEL 50 ANIVERSARIO


Se produjo un robo en el hotel Resino, de cinco estrellas. Se robó el dinero de un cliente muy importante, durante la celebración del 50 aniversario del hotel, ya que estaba abierto al público. Tenía que recuperar el dinero, ya que mi hermano era el dueño del hotel y yo, en aquellos momentos, era ex-detective. El caso del dinero robado revolucionó a todo el hotel.

Después de indagar pistas y escudriñar hasta el último rincón del hotel, descubrí a un sospechoso. Fue gracias a Ramón, el inquilino de la habitación de enfrente a la del robo. Él me dijo que había visto a Luis, el chico de la limpieza, husmeando en la habitación de la víctima la noche de la celebración del aniversario. Seguí a Luis sin que me descubriera hasta el cuarto de la ropa sucia. En ese momento le perdí, ya que cerró la puerta con llave.

Esperé en la recepción y pregunté al recepcionista si había visto a Luis. Me dijo que había salido fuera del hotel. Salí corriendo de éste, y allí estaba. Vi a Luis entrando en un almacén. Entré silenciosamente en el almacén. Allí se hallaban Luis y su hermano repartiéndose el botín. Les sorprendí por la espalda y les dije que si me daban el dinero la pena que les esperaba sería mucho menor. Me lo entregaron y huyeron por la puerta trasera del almacén. Y así, querido sobrino, fue como conseguí resolver el caso del hotel de tu padre y recuperé mi empleo como detective al descubrir a Luis y su hermano.

C.R. , 1º ESO

MI ABUELITA

Ángela, así se llama mi abuelita. Es una persona realmente dulce. En dos palabras: ¡ES MARAVILLOSA! Viste...pues...en fin... supongo que como toda la gente su edad. Vestidos largos con infinidad de volantes, tacones de charol con colores muy vivos, muchos, muchos abalorios y la mayoría muy grandes. camisetas con muchas flores y el mejor accesorio... una sonrisa muy grande. Su pelo es corto, muy corto y con muchas mechas amarillas, tirando a marrón. Su piel está llena de arrugas que le dan un toque muy gracioso. Se le suelen acumular en el entrecejo o en los mofletes. Sus ojitos son muy pequeños pero resaltan con su color azul clarito. La nariz la tiene respingona y nunca falta su pequeño lunar, justo en el centro. Tiene unas manos muy bien cuidadas...suaves y con unas uñas muy afiladas. ¡Huele de lujo! Es un olor...fuerte, que nunca, nunca olvidaré.

Me encanta ir a su casa, cotillear todo y sentarme en sus rodillas para que me haga cosquillas. ¡Siempre me saco dinero por el simple hecho de hacerla compañía! Repito, es tan dulce. Me pasea por el parque...me compra de todo...me tiene muy mimada... Me ayuda siempre que puede, y haré todo lo posible para que sea feliz. Con un simple abrazo lo arregla todo. Me gusta sentirla cerca...muy cerca

Hace nueve años que no veo a mi abuelita, pues un tres de febrero se marchó, para no regresar. Pero, a pesar de ello, aún recuerdo su sonrisa, su olor, lo bien que me trataba, su dulce voz, como si fuese ayer. Y desde aquí, tengo la oportunidad de decirte, allá donde estés, que abuelita ¡ERES LA MEJOR DEL MUNDO!.

M.G.G., 1º ESO

PROPOSICIONES MATRIMONIALES PREPOSICIONALES





A César le gustaba Dolores y César aprovechó que estaba ante la torre Eiffel, bajo una lluvia suave, con frío y contra el viento. César se moría de ganas de decirla lo que la quería, porque deseaba decirselo desde hacía mucho tiempo. En ese momento él estaba muy nervioso, pero Dolores lo esperaba. César tratamudeaba entre sudores. Caminaron hacia un parque. César pensó: no pasa nada, para qué preocuparse, porque sólo será un momento. Según pasaba el tiempo, Dolores se impacientaba, sin pensar en lo que diría César. Éste mediante un papelito le dijo si quería casarse con él. Ella dijo que después se lo diría. Durante la noche, en el hotel, ella dijo: sí, me quiero casar contigo. Después hicieron una gran fiesta.

K. F. L., 1º ESO



A tí, amor, ante este paisaje, bajo la luna, quiero decirte con mi mano en el corazón, que luchemos contra toda esa gente que quiere hacer imposible nuestro amor. Te quiero de una manera muy especial... Desde que te conocí has sido dueño de mi corazón. En aquel lugar supe que entre tú y yo había surgido algo muy especial. Hacia ti va esto y quiero que lo recuerdes hasta nuestro fin. Para que así conste y por nuestro amor, según nuestros corazones decidan, sin temor a lo que digan... Tu amor está sobre el mío. Tras tu amor iré mediante besos y caricias, durante toda la vida...

¿Quieres casarte conmigo?.

C.F. , 1º ESO



A mi amor:

Ante todos los que escuchan, bajo el cielo estrellado, con el corazón en la mano, vamos a luchar contra todo lo que nos impida estar juntos, de modo que estemos unidos desde ahora. La primera vez que te vi estabas en un parque, entre árboles. Siempre que me mirabas, giraba la cabeza hacia otro lado, hasta que decidí contártelo para que me entendieras. Por eso, según iba caminando nos encontramos sin darme cuenta y no supe qué decir. No sé qué pensabas sobre mi manera de actuar, así que, tras pensarlo mucho, decidí contártelo mediante una carta. Durante mucho tiempo hemos estado saliendo juntos, así que te pregunto, ¿quieres casarte conmigo?.

H. L.,1º ESO



5/11/2008

Misterio en el Museo de la Ciudad


Ayer se produjo un robo en el Museo de la Ciudad, porque el vigilante de seguridad se quedó dormido en su puesto de trabajo. Aunque yo sea un don nadie y no sepa solucionar ni los problemas de mi casa,tengo que recuperar una estatua famosa, para conseguir la recompensa y el reconocimiento de la gente.
Me pongo a investigar rápidamente y encuentro una sospechosa, la señora de la limpieza, una mujer muy extraña, antisocial y con una forma de vestir muy peculiar. Fue, además, la única persona grabada por la cámara de seguridad ese día.
Fue una lástima, perdí la pista porque la mujer desapareció del mapa.
Gracias a los anuncios del periódico, encontré un detective profesional y con mucha experiencia.
Comenzamos juntos a investigar el caso y a rastrear todo lo relacionado con la mujer.
Poco tiempo después la encontramos, la llevamos a un sótano para interrogarla, pero ella lo negaba todo. Gracias a la astucia del detective nos confesó finalmente que era una infiltrada de una importante banda de delincuentes. También nos dijo dónde se encontraba la estatua desaparecida.
¡Misión cumplida! Por fin logramos rescatar la valiosa pieza.
Al día siguiente salí en la portada de todos los periódicos de la ciudad junto al detective García.
L.B., 1º ESO

El robo del siglo


Se ha producido el robo de un libro muy valioso y antiguo que está valorado en dos millones de euros.
Tengo que recuperarlo porque así me haré famosa.
Descubro a un sospechoso, el dueño de un hotel de seis estrellas. Lo sospecho, gracias a la grabación que realicé a un empleado del hotel.
Sigo al sospechoso en monopatín.
Pierdo la pista porque al monopatín se le ha roto una rueda, pero menos mal que alguien montado en otro monopatín me ayuda. Da la casualidad que es mi hermano. Le cuento a éste lo sucedido y me cede el uso de su monopatín.
Me enfrento a los ladrones pegándoles una patada en la espinilla a cada uno.
Recupero lo robado amenazando de muerte a los ladrones.
Misión cumplida.
Con mis advertencias los ladrones entregan el botín y se entregan personalmente a la policía.
La policía me lo agradece y me da un diploma por ser la mujer policía de la ciudad.
S.L., 1º ESO

A mi profesora




Hipnotizados por el sueño
rotundos caen mis párpados
dejando por delante la noche
y por detrás un día cansado.

Entonces empieza todo
y en el silencio calmado
una a una las ovejas
como nubes van pasando.

Hasta que llega la décima
la que yo estaba esperando
que trae entre su lana un sueño
en un papelito doblado.

En él ventanas relucen
bajo un cielo estrellado
hasta que poco a poco las luces,
lentas, se van apagando.

Mientras yo me despierto
con los ojos deslumbrados
por el sol que reluce
en la ventana del cuarto.
I.S. , 1º ESO

El robo


Se ha producido el robo del cuadro de la Mona Lisa. Soy el policía encargado de recuperarlo. Jonathan White es el ladrón. Lo descubro con pistas que va dejando en sus robos. Sigo al sospechoso con mi coche de policía. Me despista varias veces y pierdo al sospechoso. Me ayuda un testigo que le vio llevarse el cuadro. Saco mi pistola, me escondo y le doy el alto. Se escapa y le sigo hasta el lugar donde está escondida la obra de arte. Consigo detener al ladrón y recupero el cuadro.
A.A., 1ºESO

5/05/2008

Victoria y Dolores




Esta es la historia de Victoria, una atleta profesional. En Villaverde, el pueblo de donde era, todos la adoraban. Cada vez que iba de visita se quedaba allí una semana. Por la mañana salía a correr doce kilómetros y cada tarde se iba al miniestadio del pueblo para participar en tres o cuatro competiciones. Siempre ganaba: _¡La victoria es para Victoria!_ no dejaba de repetir el comentarista. Después se iba al gimnasio del pueblo. Pero ese día... estaba cerrado y en la puerta había una nota que decía: "Si quieres volver a tener gimnasio, te reto a una carrera en el bosque a las siete de la tarde. Sé puntual. Anónimo". No se lo pensó ni un momento y corrió al bosque. Cuando llegó ya era la hora y en medio del bosque estaba Ciclón, el mejor atleta de todos los tiempos, con las llaves del gimnasio. Le dijo a Victoria: _He robado las llaves del gimnasio y sólo te las devolveré si me ganas en una carrera de aquí al pueblo. _Vale, dijo Victoria_ ¡Tres, dos, uno!. ¡Ya!.
Corrieron y corrieron, pero Ciclón iba más rápido. Justo cuando iba a ganar, ¡pum!, alguien le dio con una sartén en la cabeza. ¡Era la dueña del gimnasio!. Le quitó las llaves y se fue a abrirlo.
Victoria, cansada, decidió ir a ver a Dolores, la masajista, que le dio un gran masaje y a continuación se despidió de ella.
A Dolores todavía le quedaba un cliente más por ver. Estaba muy nerviosa, porque era el inspector Severo, que venía para que le diera un masaje. Si le gustaba, le daría dinero y podría con ello ampliar el negocio, pero si no, tendría que cerrar el negocio. ¡Ding, dong! Llamaron a la puerta. Era Severo. Vestía de negro y estaba totalmente pálido. Se tumbó en la camilla sin decir nada y esperó a que le diera el masaje. Dolores, cada vez más nerviosa, empezó con el tratamiento. Al principio Severo, permaneció callado. Ni se movió. Poco a poco comenzó a revolverse y a estirarse. Dolores no sabía si eso era bueno o malo, pero continuó con el masaje. Cuando terminó, el inspector se levantó con los ojos empañados y le dijo: _¡Magnífico!¿Es el mejor masaje que me han dado nunca!. Tenga el dinero.
Y Dolores pudo ampliar el negocio y conseguir muchísima fama.
S.H., 1ºESO

Martirio y Dolores


Martirio era una mujer que como no tenía trabajo, decidió estudiar auxiliar de enfermería y la destinaron a un manicomio. Cada día hacía la misma rutina. Se levantaba a las seis y media de la mañana, desayunaba, se iba al manicomio y a las siete y media ayudaba a dar el desayuno a los "locos". Después siempre había alguno al que le daba "un ataque de locura",como decía ella, así que entre otro ayudante amigo suyo, llamado Suplicio y ella, le ponían una camisa de fuerza y le metían en la habitación acolchada, donde le dejaban tranquilizarse. Mas tarde, a la hora de las visitas, acompañaba a los familiares a ver a los pacientes y vigilaba a dos o tres por si acaso pasaba algo. Cuando se acababa la hora llevaba a los familiares a la puerta y recogía la sala, en la que siempre había pañuelos mojados en lágrimas o botellitas de agua vacías, porque siempre hacía un calor de muerte allí.
Un día los médicos comprobaron que un paciente mío tenía apendicitis y lo trasladaron a otro hospital. Allí le hicieron más pruebas y tras unos días ingresado lo llevaron a quirófano.
Dolores, la anestesista, le puso la dosis indicada para que no le doliera, no se despertara y no se moviera. Cuando acabó la operación, Dolores despertó al paciente, que le dijo: _Te voy a regalar un coche por lo bien que trabajas. Ella estaba acostumbrada a ese tipo de comportamientos, porque las personas cuando se despiertan se muestran especialmente tranquilas y felices.
Después de que se llevaran al enfermo, Dolores miró su horario y como no tenía pendiente ninguna operación pronto, se fue a tomar un café con su amiga Dolencia.
A las seis de la tarde tuvo que anestesiar a otro paciente con un tumor, pero por desgracia, no superó la operación.
Al salir de quirófano, se fue a visitar al enfermo al que operaron por la mañana. Al ver que había palidecido y tenía fiebre, llamó a Calvario. Él le hizo más pruebas y comprobó que tenía una infección posoperatoria. Le volvieron a operar y cuando se puso bien, en lo que a enfermedad física se refiere, lo trasladaron otra vez al manicomio, donde todos, incluida Martirio le esperaban con los brazos abiertos.
E.O., 1º ESO

4/20/2008

Le creían diferente


La semana empieza. Un día nuevo para aquel chico en la escuela.
Aquellos crueles muchachos se meten con él sólo porque lleva gafas, el pelo tan amarillo como un girasol y la piel rosada como el color del chicle.
Cada vez que llegan las notas de los exámenes, un diez. Se burlan de él sólo porque a él le gusta estudiar y piensa en hacer la cosas bien. Desea estudiar una carrera. Llega la hora del recreo, él solitario en su rincón ve como sus compañeros juegan con el balón.
Después de clase llega a casa. No entiende lo que pasa. Es igual que todos sus compañeros, pero le consideran diferente. Se siente incomprendido y decide ser como sus compañeros, rebelde, contestatario y mal estudiante. Se da cuenta que nada cambia.
Un día, harto de las burlas y los desprecios de sus compañeros decide acabar con todo.
L.B., 1ºESO

Caperucita Roja al revés



EL LOBO BUENO
Érase una vez un lobo bueno que vivía con su madre. Su abuelita estaba enferma y su madre le dijo que le llevara una cesta con chuletones, porque ella no podía moverse. Como la abuelita vivía al otro lado del bosque, le dijo al lobo que no se entretuviese, que en el bosque vivía una niña muy mala que se llamaba Caperucita, que podía engañarlo y hacerle daño. El lobo cogió la cesta y se fue a casa de su abuelita. Al llegar al bosque se encontró con Caperucita que lo paró y le preguntó: ¿Adónde vas señor lobo?
Voy a casa de mi abuelita que está malita, a llevarle esta cesta con chuletas.
Caperucita añadió: ve por ese camino que está lleno de flores y así coges un ramo para tu abuelita, que seguro que le encantan. El lobo le hizo caso sin acordarse de lo que le había dicho su madre.
Cuando llegó a casa de la abuelita, la puerta estaba entreabierta. El lobo entró y vio a su abuelita tumbada en la cama. Pero su aspecto le pareció muy raro.
Le dijo:
_ Abuelita, abuelita, ¡qué ojos tan pequeños tienes!, _ ¡son para verte mejor, contestó!
_ Abuelita, abuelita, ¡qué naricita más pequeña tienes!, _ ¡es para olerte mejor!
_ Abuelita, abuelita, ¡qué manos mas pequeñas y tiernas tienes!, _ ¡son para tocarte mejor!
_ Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más pequeñas tienes!, _ ¡son para oírte mejor!
_ Abuelita, abuelita, ¡qué boquita tan pequeña tienes!, _ ¡es para comerte mejor!
Y se la zampó.
En ese momento pasaba por allí un cazador y al oír ruido en la casa de la abuelita, entró a ver qué pasaba. Vio como Caperucita se comia al lobo. Entonces le pegó un tiro y le rajó la barriga. Sacó de dentro al lobo y a su abuelita. El lobo no volvió nunca más a desobedecer a su mamá.
Colorín, colorado esta historia se ha terminado.
MN.C., 1ºESO

CAPERUCITA ROJA
Érase una vez una niña muy mala y maleducada que se llamaba Caperucita Roja, porque siempre llevaba puesta una capa de color rojo.
Una mañana la madre de Caperucita, le mandó que llevara una cesta con fruta y pastelitos a casa de su abuelita , pero ella, como siempre, se negó y empezó a decir cosas feas que no debería decir.
_ Yo no pienso ir a casa de la abuelita, porque la odio.
Su madre tuvo que obligarla.
Por el camino iba insultando a su abuela, cuando se encontró con un lobo muy bueno, que le dijo: _ Te he oido y ha estado muy mal. Me da igual_ , contestó Caperucita.
Caperucita siguió su camino y el lobo la seguía. Cuando llegó a la casa de su abuela, en vez de tocar a la puerta, la tiró abajo.
_ Buenos días, dijo su abuela, _ ¿por qué has tirado la puerta?. Caperucita dijo: _ Déjame en paz, no hablo a la gente que odio. Entonces la abuela le preguntó si la odiaba. _Pues claro que sí_ contestó Caperucita, _y no veas cuánto.
En ese momento el lobo entró y recriminó su actitud: _ lo que has hecho está muy mal y por hacerlo te voy a castigar.
Caperucita no aguantó más, cogió una cuerda y ató con ella a su abuela y al lobo, para después tirarlos al fondo de un pozo.
Por suerte pasaba por allí un cazador, los salvó y a Caperucita no se la volvió a ver nunca. Su madre la había mandado a un internado.
I.C., 1ºESO

CAPERUCITA AL REVÉS
El bosque era mi casa, donde vivía. Yo lo cuidaba. Un día de sol escuché unos pasos mientras recogía la basura que dejaron unos domingueros y me escondí detrás de un arbusto cercano. Vi a una niña aparentemente buena que bajaba por el sendero y llevaba una cestita en la mano.
Pero me di cuenta de que no era tan buena. Su vestimenta era bastante estrafalaria, llevaba una capa roja con una caperuza, que parecía que utilizaba para no ser reconocida. Naturalmente la paré para ver quién era. Le pregunté cómo se llamaba, a dónde iba... Me contó que ella se llamaba Caperucita Roja y que tenía que llevar una cesta a casa de su abuela. Después la dejé que siguiera su camino, pero yo me apresuré y fui a ver a su abuelita. Cuando vi a aquella anciana simpática le expliqué el problema y pensamos entre los dos que aquella niña necesitaba un escarmiento. Quedamos en que la abuela se quedaría debajo de la cama y yo me metería entre las sábanas con sus ropas. Cuando llegó, la niña entró en el dormitorio e hizo un desagradable comentario sobre mis grandes orejas, pero me justifiqué en que las necesitaba para oírla mejor.
A continuación también dijo que mis ojos eran muy saltones y empecé a sentir cierta antipatía por la niña, pero le contesté que estaban así para verla mejor. El siguiente comentario fue un gran insulto; es cierto que tengo grandes problemas bucales, pero esto me hirió. Le contesté de mala manera, es cierto que no me controlé, pero tuve que decirle que era para comérmela mejor. Ella empezó a gritar, a pesar de que todos sabemos que un lobo nunca se comería a una niña. Empezó a correr por toda la casa y yo detrás de ella para decirle que sólo era una broma.
Pero el guardabosques, asustado por los gritos entró en la casa con la escopeta en la mano. Lo peor de todo es que todavía llevaba puesto el traje de la abuelita y me di cuenta de que estaba metido en un buen lío, así que me lancé por una ventana abierta y huí corriendo.
Me encantaría afirmar que así fue la historia, pero la anciana nunca contó lo que verdaderamente pasó y cogí fama de malo. Todos me evitaban. Por suerte no he vuelto a ver a esa desagradable niña.
Después de aquel desagradable incidente mi vida no ha vuelto a ser la misma.
P.Z., 1ºESO

Versiones en verso de una fábula en prosa


Primera
El zorro estaba muy aburrido
y decidió convertirse en escritor.
Su primer libro fue muy bueno,
pero el segundo, aún mejor.
Pasó el tiempo y un señor
un tercer libro le pidió.
Entonces el zorrito pensó:
"Todo el mundo quiere
que publique un libro malo,
pero como yo soy el zorro,
no lo hago".
A.S., 1ºESO


Segunda
Un zorro, un día,
no escribió una poesía,
pero sí una novela,
que a todos atraía.

Como el zorro aburrido seguía,
decidió escribir más,
y una segunda novela
llegó a publicar.

Un amigo en un cóctel
al zorro preguntó:
¿Por qué no un tercer libro?
A lo que el zorro contestó:
_No lo escribiré y así no fracasaré.
S.H., 1ºESO


Tercera
Un día aburrido
el zorro decidió
escribir un libro
para sentirse mejor.

Escribió sólo uno
que un éxito fue
y como seguía aburrido, pensó:
"Otro libro escribiré".

Salió el segundo,
que a la gente encantó.
A decir que era mejor que el primero
¡hasta alguno se atrevió!

El tiempo pasaba,
y aunque no se lo dejaban de decir,
el zorro conforme
no volvió a escribir.

"Lo que ellos quieren
es que escriba un libro malo,
pero como yo soy astuto
caso no les hago".
I.S., 1ºESO

Cuarta
Un zorro escritor
y mal cantaor
escribió dos novelas
y no de terror.

Cuando en un cóctel estaba
todo el mundo le aclamaba
y un amigo escritor
a todos preguntaba:

_¿Por qué no alcanzáis la cima,
escribiendo un tercer libro?
_Porque si te soy sincero,
ya mi promesa he cumplido.

Yo sólo quería divertirme un poco
y a pasar el rato, escribiendo como un loco
si escribiera un tercer libro
bajaría de la cima,
pero como soy astuto,
aquí acabo mis rimas.
E.O., 1ºESO

4/18/2008

MICRORRELATOS


¡Marta!, mi madre gritó, ¡recoge el cuarto de baño! Mi amiga al teléfono se echó a reír.
M.G., 1º ESO

Miré al cielo, había muchas nubes. A lo lejos se veía un pájaro.
S.L., 1º ESO

Cuando miró para atrás, vio sorprendido que su perseguidor ya no estaba allí.
A.A., 1º ESO

Ella cerró los ojos y lo primero que vio fue un hermoso bosque.
H.L., 1ºESO

Después de un duro día, en su cama, la oveja se durmió contando personitas.
I.S., 1ºESO

Me levanté y corrí, después me desperté cansado.
JM.G., 1ºESO

La niña apagó el despertador y la luna ya no estaba allí.
M.C., 1ºESO

6/04/2007

Hacia un mundo mejor


Los soldados invaden las tristes y desoladas calles. La calle llora y las gotas van cayendo mojando a las pobres mujeres que andan juntas. Piensan que van seguras, que forman un equipo. Pero ni el mejor de los equipos puede vencer a las balas de las armas de los soldados. Éstos disparan con sus armas y las balas penetran en sus cuerpos y se llevan de viaje a sus almas, que nunca volverán, así como a sus cuerpos que quedan inertes en el suelo.
Y sus almas, desde el más allá, se preguntan cuánto tiempo van a pagar justos por pecadores.
Es el precio de la sucia guerra.
(JA. L., 1º ESO)

EL JARDÍN



Se subieron las persianas y las ventanas se abrieron. El olor fresco y matutino del jardín se cuela por las ventanas. Las briznas verdes de hierba son suaves y húmedas. Dan cobijo a escarabajos y hormigas, mariquitas y lombrices, que en éstas tienen su casa. Verdes espigas y blancos dientes de león se abren camino hacia la luz del sol que, como todas las mañanas, alumbra melancólicamente este paisaje. Es un paraje silencioso hasta que despunta el alba y los pájaros despiertan a los niños que a su lado, dan clase. Tras los hierbajos se sitúa alguna que otra zarza, cuyas punzantes ramas impiden a las aves que allí habitan, comer de sus frutos. Tras todo el paisaje, cipreses y algún que otro pino rodean lo que fue en sus tiempos la capilla. Los cipreses se alzan fríos, orgullosos, sobre sus pequeños compañeros que, a su lado, intentan crecer. Por encima de los árboles, los pinos y los abetos cobijan a los pájaros que, apresurados, buscan pequeñas ramitas para fabricar sus nidos y, al invierno siguiente, poner sus huevos. Como fondo para tal cuadro, algunos edificios ya viejos, miran golosos al jardín queriendo ser verdes como la hierba, punzantes como las zarzas, altos como los cipreses, hermosos como los abetos y los pinos y frescos como el olor matutino que se respiraba en el ambiente.
(S. N.S., 1º ESO)

El jardín del instituto


En la zona más remota de Madrid, en un barrio sureño, en un instituto de la zona se puede encontrar un verde resplandeciente. El pequeño paraiso juega con ventaja respecto a los demás, ya que provisto de un festín de luces, brillos y sombras, hace de él una mansión para los pájaros más vulgares y para los insectos más bellos. Cuando silba el viento y los pájaros cantan su graciosa canción, la hierba ronronea al tacto del viento. Sus múltiples verdes y su variedad de flora lo transforman en un lugar apacible donde contactar con la naturaleza.
Un jardín urbano con un olor suave y húmedo limpan por completo tanto los pulmones como la mente.
Cuando el cielo llora y derrama su tristeza y el viento ulula golpeando este lugar, el jardín no pierde belleza sino que emerge naturalmente brindando un interés especial.
Sus formas, sus siluetas y esos colores como si de la jungla se tratase, hacen sentir por él una fascinación gigantesca.
Algo así no se comprende con nombres científicos, ni con microscopios. Es algo que te remueve interiormente y recorre por tu espalda un escalofrío cálido.
Es un jardín especial. Es nuestro jardín.
(G. C. R., 1º ESO)

Cumpliendo sueños


Hace mucho tiempo nació un unicornio en una noche oscura que parecía de terciopelo negro lleno de piedrecitas preciosas. El unicornio no poseía cuerno. Su pelaje era azul claro por todo el cuerpo y sus crines, plateadas. El pequeño reunía la belleza de su madre junto a la vitalidad y el vigor de su padre.
El joven unicornio crecía entre las nubes, en un paraje fantástico. Se despertaba cuando el sol empezaba a despuntar y se dormía cuando el cielo se quitaba el vestido azul y se ponía el traje negro.
El unicornio llegó a ser un adolescente muy responsable aunque no podía dejas de preguntarse por qué no podía bajar a la Tierra y conocer a gente. Quería tener amigos diferentes a él, de los que poder aprender. Sus padres le explicaban que allí abajo nadie les conocía, solamente algunos elegidos y en cuanto alguien le viese, desearía cazarlo para un circo o lugar por el estilo, donde todos pudiesen observarle. Otros, no creyentes en él, pensarían que lo visto no es más que una simple alucinación. Y algunos creyentes, al contarlo, los tomarían por locos.
Cuando el unicornio se convirtió en un adulto, decidió bajar y descubrió que todo lo que sus padres le habían contado era verdad: tuvo que huir de hombres que deseaban cazarle; otros, le veían y se engañaban a sí mismos diciéndose que sería un espejismo; y otros, creían haberlo visto y deseaban conocerlo. Pero curiosamente, aquellos que querían estar con él eran, en su mayoría, niños pequeños. Eso llamó especialmente la atención del unicornio.
Desde entonces, el unicornio baja todos los años a la Tierra para pasar por todas las guarderías y escuelas donde hay niños pequeños para hacer realidad todos sus sueños.

(J.B., 2º ESO)