Recuerdos inquietantes
Se produjo un robo en el hotel Resino, de cinco estrellas. Se robó el dinero de un cliente muy importante, durante la celebración del 50 aniversario del hotel, ya que estaba abierto al público. Tenía que recuperar el dinero, ya que mi hermano era el dueño del hotel y yo, en aquellos momentos, era ex-detective. El caso del dinero robado revolucionó a todo el hotel.
Después de indagar pistas y escudriñar hasta el último rincón del hotel, descubrí a un sospechoso. Fue gracias a Ramón, el inquilino de la habitación de enfrente a la del robo. Él me dijo que había visto a Luis, el chico de la limpieza, husmeando en la habitación de la víctima la noche de la celebración del aniversario. Seguí a Luis sin que me descubriera hasta el cuarto de la ropa sucia. En ese momento le perdí, ya que cerró la puerta con llave.
Esperé en la recepción y pregunté al recepcionista si había visto a Luis. Me dijo que había salido fuera del hotel. Salí corriendo de éste, y allí estaba. Vi a Luis entrando en un almacén. Entré silenciosamente en el almacén. Allí se hallaban Luis y su hermano repartiéndose el botín. Les sorprendí por la espalda y les dije que si me daban el dinero la pena que les esperaba sería mucho menor. Me lo entregaron y huyeron por la puerta trasera del almacén. Y así, querido sobrino, fue como conseguí resolver el caso del hotel de tu padre y recuperé mi empleo como detective al descubrir a Luis y su hermano.
C.R. , 1º ESO
Ángela, así se llama mi abuelita. Es una persona realmente dulce. En dos palabras: ¡ES MARAVILLOSA! Viste...pues...en fin... supongo que como toda la gente su edad. Vestidos largos con infinidad de volantes, tacones de charol con colores muy vivos, muchos, muchos abalorios y la mayoría muy grandes. camisetas con muchas flores y el mejor accesorio... una sonrisa muy grande. Su pelo es corto, muy corto y con muchas mechas amarillas, tirando a marrón. Su piel está llena de arrugas que le dan un toque muy gracioso. Se le suelen acumular en el entrecejo o en los mofletes. Sus ojitos son muy pequeños pero resaltan con su color azul clarito. La nariz la tiene respingona y nunca falta su pequeño lunar, justo en el centro. Tiene unas manos muy bien cuidadas...suaves y con unas uñas muy afiladas. ¡Huele de lujo! Es un olor...fuerte, que nunca, nunca olvidaré.
Me encanta ir a su casa, cotillear todo y sentarme en sus rodillas para que me haga cosquillas. ¡Siempre me saco dinero por el simple hecho de hacerla compañía! Repito, es tan dulce. Me pasea por el parque...me compra de todo...me tiene muy mimada... Me ayuda siempre que puede, y haré todo lo posible para que sea feliz. Con un simple abrazo lo arregla todo. Me gusta sentirla cerca...muy cerca
Hace nueve años que no veo a mi abuelita, pues un tres de febrero se marchó, para no regresar. Pero, a pesar de ello, aún recuerdo su sonrisa, su olor, lo bien que me trataba, su dulce voz, como si fuese ayer. Y desde aquí, tengo la oportunidad de decirte, allá donde estés, que abuelita ¡ERES LA MEJOR DEL MUNDO!.
M.G.G., 1º ESO
A César le gustaba Dolores y César aprovechó que estaba ante la torre Eiffel, bajo una lluvia suave, con frío y contra el viento. César se moría de ganas de decirla lo que la quería, porque deseaba decirselo desde hacía mucho tiempo. En ese momento él estaba muy nervioso, pero Dolores lo esperaba. César tratamudeaba entre sudores. Caminaron hacia un parque. César pensó: no pasa nada, para qué preocuparse, porque sólo será un momento. Según pasaba el tiempo, Dolores se impacientaba, sin pensar en lo que diría César. Éste mediante un papelito le dijo si quería casarse con él. Ella dijo que después se lo diría. Durante la noche, en el hotel, ella dijo: sí, me quiero casar contigo. Después hicieron una gran fiesta.
K. F. L., 1º ESO
A tí, amor, ante este paisaje, bajo la luna, quiero decirte con mi mano en el corazón, que luchemos contra toda esa gente que quiere hacer imposible nuestro amor. Te quiero de una manera muy especial... Desde que te conocí has sido dueño de mi corazón. En aquel lugar supe que entre tú y yo había surgido algo muy especial. Hacia ti va esto y quiero que lo recuerdes hasta nuestro fin. Para que así conste y por nuestro amor, según nuestros corazones decidan, sin temor a lo que digan... Tu amor está sobre el mío. Tras tu amor iré mediante besos y caricias, durante toda la vida...
¿Quieres casarte conmigo?.
C.F. , 1º ESO
A mi amor:
Ante todos los que escuchan, bajo el cielo estrellado, con el corazón en la mano, vamos a luchar contra todo lo que nos impida estar juntos, de modo que estemos unidos desde ahora. La primera vez que te vi estabas en un parque, entre árboles. Siempre que me mirabas, giraba la cabeza hacia otro lado, hasta que decidí contártelo para que me entendieras. Por eso, según iba caminando nos encontramos sin darme cuenta y no supe qué decir. No sé qué pensabas sobre mi manera de actuar, así que, tras pensarlo mucho, decidí contártelo mediante una carta. Durante mucho tiempo hemos estado saliendo juntos, así que te pregunto, ¿quieres casarte conmigo?.
H. L.,1º ESO