5/31/2008

EL ROBO DEL 50 ANIVERSARIO


Se produjo un robo en el hotel Resino, de cinco estrellas. Se robó el dinero de un cliente muy importante, durante la celebración del 50 aniversario del hotel, ya que estaba abierto al público. Tenía que recuperar el dinero, ya que mi hermano era el dueño del hotel y yo, en aquellos momentos, era ex-detective. El caso del dinero robado revolucionó a todo el hotel.

Después de indagar pistas y escudriñar hasta el último rincón del hotel, descubrí a un sospechoso. Fue gracias a Ramón, el inquilino de la habitación de enfrente a la del robo. Él me dijo que había visto a Luis, el chico de la limpieza, husmeando en la habitación de la víctima la noche de la celebración del aniversario. Seguí a Luis sin que me descubriera hasta el cuarto de la ropa sucia. En ese momento le perdí, ya que cerró la puerta con llave.

Esperé en la recepción y pregunté al recepcionista si había visto a Luis. Me dijo que había salido fuera del hotel. Salí corriendo de éste, y allí estaba. Vi a Luis entrando en un almacén. Entré silenciosamente en el almacén. Allí se hallaban Luis y su hermano repartiéndose el botín. Les sorprendí por la espalda y les dije que si me daban el dinero la pena que les esperaba sería mucho menor. Me lo entregaron y huyeron por la puerta trasera del almacén. Y así, querido sobrino, fue como conseguí resolver el caso del hotel de tu padre y recuperé mi empleo como detective al descubrir a Luis y su hermano.

C.R. , 1º ESO

MI ABUELITA

Ángela, así se llama mi abuelita. Es una persona realmente dulce. En dos palabras: ¡ES MARAVILLOSA! Viste...pues...en fin... supongo que como toda la gente su edad. Vestidos largos con infinidad de volantes, tacones de charol con colores muy vivos, muchos, muchos abalorios y la mayoría muy grandes. camisetas con muchas flores y el mejor accesorio... una sonrisa muy grande. Su pelo es corto, muy corto y con muchas mechas amarillas, tirando a marrón. Su piel está llena de arrugas que le dan un toque muy gracioso. Se le suelen acumular en el entrecejo o en los mofletes. Sus ojitos son muy pequeños pero resaltan con su color azul clarito. La nariz la tiene respingona y nunca falta su pequeño lunar, justo en el centro. Tiene unas manos muy bien cuidadas...suaves y con unas uñas muy afiladas. ¡Huele de lujo! Es un olor...fuerte, que nunca, nunca olvidaré.

Me encanta ir a su casa, cotillear todo y sentarme en sus rodillas para que me haga cosquillas. ¡Siempre me saco dinero por el simple hecho de hacerla compañía! Repito, es tan dulce. Me pasea por el parque...me compra de todo...me tiene muy mimada... Me ayuda siempre que puede, y haré todo lo posible para que sea feliz. Con un simple abrazo lo arregla todo. Me gusta sentirla cerca...muy cerca

Hace nueve años que no veo a mi abuelita, pues un tres de febrero se marchó, para no regresar. Pero, a pesar de ello, aún recuerdo su sonrisa, su olor, lo bien que me trataba, su dulce voz, como si fuese ayer. Y desde aquí, tengo la oportunidad de decirte, allá donde estés, que abuelita ¡ERES LA MEJOR DEL MUNDO!.

M.G.G., 1º ESO

PROPOSICIONES MATRIMONIALES PREPOSICIONALES





A César le gustaba Dolores y César aprovechó que estaba ante la torre Eiffel, bajo una lluvia suave, con frío y contra el viento. César se moría de ganas de decirla lo que la quería, porque deseaba decirselo desde hacía mucho tiempo. En ese momento él estaba muy nervioso, pero Dolores lo esperaba. César tratamudeaba entre sudores. Caminaron hacia un parque. César pensó: no pasa nada, para qué preocuparse, porque sólo será un momento. Según pasaba el tiempo, Dolores se impacientaba, sin pensar en lo que diría César. Éste mediante un papelito le dijo si quería casarse con él. Ella dijo que después se lo diría. Durante la noche, en el hotel, ella dijo: sí, me quiero casar contigo. Después hicieron una gran fiesta.

K. F. L., 1º ESO



A tí, amor, ante este paisaje, bajo la luna, quiero decirte con mi mano en el corazón, que luchemos contra toda esa gente que quiere hacer imposible nuestro amor. Te quiero de una manera muy especial... Desde que te conocí has sido dueño de mi corazón. En aquel lugar supe que entre tú y yo había surgido algo muy especial. Hacia ti va esto y quiero que lo recuerdes hasta nuestro fin. Para que así conste y por nuestro amor, según nuestros corazones decidan, sin temor a lo que digan... Tu amor está sobre el mío. Tras tu amor iré mediante besos y caricias, durante toda la vida...

¿Quieres casarte conmigo?.

C.F. , 1º ESO



A mi amor:

Ante todos los que escuchan, bajo el cielo estrellado, con el corazón en la mano, vamos a luchar contra todo lo que nos impida estar juntos, de modo que estemos unidos desde ahora. La primera vez que te vi estabas en un parque, entre árboles. Siempre que me mirabas, giraba la cabeza hacia otro lado, hasta que decidí contártelo para que me entendieras. Por eso, según iba caminando nos encontramos sin darme cuenta y no supe qué decir. No sé qué pensabas sobre mi manera de actuar, así que, tras pensarlo mucho, decidí contártelo mediante una carta. Durante mucho tiempo hemos estado saliendo juntos, así que te pregunto, ¿quieres casarte conmigo?.

H. L.,1º ESO



5/11/2008

Misterio en el Museo de la Ciudad


Ayer se produjo un robo en el Museo de la Ciudad, porque el vigilante de seguridad se quedó dormido en su puesto de trabajo. Aunque yo sea un don nadie y no sepa solucionar ni los problemas de mi casa,tengo que recuperar una estatua famosa, para conseguir la recompensa y el reconocimiento de la gente.
Me pongo a investigar rápidamente y encuentro una sospechosa, la señora de la limpieza, una mujer muy extraña, antisocial y con una forma de vestir muy peculiar. Fue, además, la única persona grabada por la cámara de seguridad ese día.
Fue una lástima, perdí la pista porque la mujer desapareció del mapa.
Gracias a los anuncios del periódico, encontré un detective profesional y con mucha experiencia.
Comenzamos juntos a investigar el caso y a rastrear todo lo relacionado con la mujer.
Poco tiempo después la encontramos, la llevamos a un sótano para interrogarla, pero ella lo negaba todo. Gracias a la astucia del detective nos confesó finalmente que era una infiltrada de una importante banda de delincuentes. También nos dijo dónde se encontraba la estatua desaparecida.
¡Misión cumplida! Por fin logramos rescatar la valiosa pieza.
Al día siguiente salí en la portada de todos los periódicos de la ciudad junto al detective García.
L.B., 1º ESO

El robo del siglo


Se ha producido el robo de un libro muy valioso y antiguo que está valorado en dos millones de euros.
Tengo que recuperarlo porque así me haré famosa.
Descubro a un sospechoso, el dueño de un hotel de seis estrellas. Lo sospecho, gracias a la grabación que realicé a un empleado del hotel.
Sigo al sospechoso en monopatín.
Pierdo la pista porque al monopatín se le ha roto una rueda, pero menos mal que alguien montado en otro monopatín me ayuda. Da la casualidad que es mi hermano. Le cuento a éste lo sucedido y me cede el uso de su monopatín.
Me enfrento a los ladrones pegándoles una patada en la espinilla a cada uno.
Recupero lo robado amenazando de muerte a los ladrones.
Misión cumplida.
Con mis advertencias los ladrones entregan el botín y se entregan personalmente a la policía.
La policía me lo agradece y me da un diploma por ser la mujer policía de la ciudad.
S.L., 1º ESO

A mi profesora




Hipnotizados por el sueño
rotundos caen mis párpados
dejando por delante la noche
y por detrás un día cansado.

Entonces empieza todo
y en el silencio calmado
una a una las ovejas
como nubes van pasando.

Hasta que llega la décima
la que yo estaba esperando
que trae entre su lana un sueño
en un papelito doblado.

En él ventanas relucen
bajo un cielo estrellado
hasta que poco a poco las luces,
lentas, se van apagando.

Mientras yo me despierto
con los ojos deslumbrados
por el sol que reluce
en la ventana del cuarto.
I.S. , 1º ESO

El robo


Se ha producido el robo del cuadro de la Mona Lisa. Soy el policía encargado de recuperarlo. Jonathan White es el ladrón. Lo descubro con pistas que va dejando en sus robos. Sigo al sospechoso con mi coche de policía. Me despista varias veces y pierdo al sospechoso. Me ayuda un testigo que le vio llevarse el cuadro. Saco mi pistola, me escondo y le doy el alto. Se escapa y le sigo hasta el lugar donde está escondida la obra de arte. Consigo detener al ladrón y recupero el cuadro.
A.A., 1ºESO

5/05/2008

Victoria y Dolores




Esta es la historia de Victoria, una atleta profesional. En Villaverde, el pueblo de donde era, todos la adoraban. Cada vez que iba de visita se quedaba allí una semana. Por la mañana salía a correr doce kilómetros y cada tarde se iba al miniestadio del pueblo para participar en tres o cuatro competiciones. Siempre ganaba: _¡La victoria es para Victoria!_ no dejaba de repetir el comentarista. Después se iba al gimnasio del pueblo. Pero ese día... estaba cerrado y en la puerta había una nota que decía: "Si quieres volver a tener gimnasio, te reto a una carrera en el bosque a las siete de la tarde. Sé puntual. Anónimo". No se lo pensó ni un momento y corrió al bosque. Cuando llegó ya era la hora y en medio del bosque estaba Ciclón, el mejor atleta de todos los tiempos, con las llaves del gimnasio. Le dijo a Victoria: _He robado las llaves del gimnasio y sólo te las devolveré si me ganas en una carrera de aquí al pueblo. _Vale, dijo Victoria_ ¡Tres, dos, uno!. ¡Ya!.
Corrieron y corrieron, pero Ciclón iba más rápido. Justo cuando iba a ganar, ¡pum!, alguien le dio con una sartén en la cabeza. ¡Era la dueña del gimnasio!. Le quitó las llaves y se fue a abrirlo.
Victoria, cansada, decidió ir a ver a Dolores, la masajista, que le dio un gran masaje y a continuación se despidió de ella.
A Dolores todavía le quedaba un cliente más por ver. Estaba muy nerviosa, porque era el inspector Severo, que venía para que le diera un masaje. Si le gustaba, le daría dinero y podría con ello ampliar el negocio, pero si no, tendría que cerrar el negocio. ¡Ding, dong! Llamaron a la puerta. Era Severo. Vestía de negro y estaba totalmente pálido. Se tumbó en la camilla sin decir nada y esperó a que le diera el masaje. Dolores, cada vez más nerviosa, empezó con el tratamiento. Al principio Severo, permaneció callado. Ni se movió. Poco a poco comenzó a revolverse y a estirarse. Dolores no sabía si eso era bueno o malo, pero continuó con el masaje. Cuando terminó, el inspector se levantó con los ojos empañados y le dijo: _¡Magnífico!¿Es el mejor masaje que me han dado nunca!. Tenga el dinero.
Y Dolores pudo ampliar el negocio y conseguir muchísima fama.
S.H., 1ºESO

Martirio y Dolores


Martirio era una mujer que como no tenía trabajo, decidió estudiar auxiliar de enfermería y la destinaron a un manicomio. Cada día hacía la misma rutina. Se levantaba a las seis y media de la mañana, desayunaba, se iba al manicomio y a las siete y media ayudaba a dar el desayuno a los "locos". Después siempre había alguno al que le daba "un ataque de locura",como decía ella, así que entre otro ayudante amigo suyo, llamado Suplicio y ella, le ponían una camisa de fuerza y le metían en la habitación acolchada, donde le dejaban tranquilizarse. Mas tarde, a la hora de las visitas, acompañaba a los familiares a ver a los pacientes y vigilaba a dos o tres por si acaso pasaba algo. Cuando se acababa la hora llevaba a los familiares a la puerta y recogía la sala, en la que siempre había pañuelos mojados en lágrimas o botellitas de agua vacías, porque siempre hacía un calor de muerte allí.
Un día los médicos comprobaron que un paciente mío tenía apendicitis y lo trasladaron a otro hospital. Allí le hicieron más pruebas y tras unos días ingresado lo llevaron a quirófano.
Dolores, la anestesista, le puso la dosis indicada para que no le doliera, no se despertara y no se moviera. Cuando acabó la operación, Dolores despertó al paciente, que le dijo: _Te voy a regalar un coche por lo bien que trabajas. Ella estaba acostumbrada a ese tipo de comportamientos, porque las personas cuando se despiertan se muestran especialmente tranquilas y felices.
Después de que se llevaran al enfermo, Dolores miró su horario y como no tenía pendiente ninguna operación pronto, se fue a tomar un café con su amiga Dolencia.
A las seis de la tarde tuvo que anestesiar a otro paciente con un tumor, pero por desgracia, no superó la operación.
Al salir de quirófano, se fue a visitar al enfermo al que operaron por la mañana. Al ver que había palidecido y tenía fiebre, llamó a Calvario. Él le hizo más pruebas y comprobó que tenía una infección posoperatoria. Le volvieron a operar y cuando se puso bien, en lo que a enfermedad física se refiere, lo trasladaron otra vez al manicomio, donde todos, incluida Martirio le esperaban con los brazos abiertos.
E.O., 1º ESO