10/30/2006

Mi pueblo

Por fin me levanté, y mientras me estiraba y bostezaba, observé por la ventana mi pueblo. Se alzaban ante mí casas bajas, mientras miraba el sol asomándose y fisgoneando el valle.
Más tarde, escuché cómo el cielo se quejaba por los graznidos de los pájaros. Los árboles que sobrepasaban las ancianas casas de adobe, rugían con el viento al impactar en las hojas sonrojadas por el otoño. Fui corriendo a la otra ventana que da al campo abierto y observé la belleza de la montaña. El viento mecía la hierba haciendo que ronroneara, mientras las gran montaña parecía ser la reina del valle.
Por ella se abría camino por la grupa un sendero natural hecho por los corderos al jugar. A lo lejos se divisaba un pueblo que ardía de ganas por conocer más adelante, ya que parecía el pueblo dominante de la zona.
Fui a la puerta principal y la abrí. Se podía ver a niños jugar en un prado que parecía un gran tulipán amarillo que se aferraba a ellos para jugar él también. Cogí la bicicleta y me dirigí rumbo norte. Un largo viaje me esperaba...


GCR (1ºESO)